Construcción del Instituto Técnico de la Construcción y del Cemento, en 1953

Mar 10 •

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En 2014 se conmemora el 80 Aniversario del hoy conocido como Instituto de Ciencias de la Construcción Eduardo Torroja (IETcc). Además del vídeo de este post, sobre la evolución en su construcción, un interesante paper (La Sede del itcc (1949-1953) Inéditos anteproyectos previos a su construcción) sobre la historia de uno de los mejores centros de investigación tecnológicos de la construcción de España.

En 1934 se creó el Instituto Técnico de la Construcción y la Edificación, como una agrupación de ingenieros, arquitectos y constructores con carácter privado, presidido por el arquitecto Modesto López Otero y con Eduardo Torroja como Secretario. Tuvo su primera sede en calle Marqués de Cubas, 25. En 1939, El Instituto Técnico de la Construcción pasó a formar parte del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, estableciéndose en la calle Medinaceli.

El 25 septiembre de 1949 Eduardo Torroja fue nombrado director del Instituto, desde ese momento empezó a gestionar el traslado a unas nuevas instalaciones más adecuadas a la importancia que había adquirido la institución. Dos años más tarde, presentó al CSIC el plan de necesidades y el anteproyecto de edificaciones. Ese mismo año se desarrolló y aprobó el proyecto y empezaron las obras.

El conjunto fue proyectado por los arquitectos Gonzalo Echegaray y Manuel Barbero bajo la dirección y supervisión de Eduardo Torroja en todas sus fases. Se edificó sobre el solar en los pinares del colegio de Nuestra Señora del Recuerdo, en la zona de Chamartín. Ocupó una parcela con unos 55.000 m2 y una edificabilidad de 7.000 m2.

Desde el inicio de las obras pasó a ser una de las obras emblemática en Madrid, por su estilo funcional, los materiales y sus estructuras singulares. Además, la construcción fue una “vía de ensayo de algunos sistemas propios del Instituto”, como la cubierta laminar de los talleres, el sistema de calefacción, el comedor de empleados, el silo del carbón con su poliedro encima y el ingreso al recinto, por lo que se conoce también con el nombre de “Costillares”. De la misma forma, el empleo del módulo 1,60 x 1,60 m para los elementos prefabricados y en el diseño de las fachadas, tanto para abaratar el presupuesto, como para experimentar nuevos materiales. Esos elementos fueron utilizados para resolver este conjunto homogéneo y variado con motivos estéticos repetitivos que se compaginaron con la elasticidad de las plantas libres para facilitar los cambios de usos e instalaciones complejas.

Vía MOS INGENIEROS


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