Nov 19 •
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No hay comentarios en Subastas judiciales, desinformación y nuevos nichos de mercado.
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Ésta mañana he asistido por primera vez a la celebración de una subasta judicial que se celebraba en los juzgados de Plaza Castilla. Y la experiencia podría definirla como de "sentimientos encontrados".
Sentimientos encontrados en el siguiente contexto: por un lado, euforia por el hecho de ver cómo la gente se adjudica viviendas por valor bastante inferior al que podrías encontrar en cualquier portal de Internet tipo Idealista.
Por otro lado, sensación de caos, de falta de información, y de mundillo inaccesible debido a que la justicia española sigue unos procedimientos completamente arcaicos.
Y por último, también el sentimiento de lástima por aquellas personas que, de una forma completamente fría e impersonal (como la mujer de la balanza que no ve a quién), se han quedado sin casa, y que además en muchos de los casos continúan debiendo su deuda al banco.
Si tuviese que apostar por algo que fuese a empezar a moverse (y de hecho ya se está moviendo) dentro en el mundo inmobiliario, lo haría sin duda por el sector de las subastas de embargos judiciales. Es ya inminente el
incremento de bienes embargados en los próximos meses.
Precisamente es en ésta dirección donde se encuentra uno de los proyectos en los que me encuentro ahora trabajando. Conviene repasar los siguientes aspectos acerca de las subastas judiciales:
- Continúa siendo un mundillo bastante cerrado, donde si vas de nuevo, es probable que te las puedan dar dobladas.
- Los juzgados proporcionan poca información sobre los bienes que salen a subasta. Normalmente en el tablón aparece publicada la dirección, número de finca registral, y precio de salida (tipo embargado). El resto de la información la tienes que extraer tú mismo en una tarea que puede llegar a ser un auténtico trabajo de investigación.
- Los precios por los que puedes adjudicarte un inmueble pueden llegar a ser hasta el 30% de la oferta normal que se puede encontrar en Internet, es decir, chollos.
- No es tan fácil realizar una buena compra, hay que conocer los entresijos y el inmueble antes de pujar por él. Por poner un ejemplo real, te puedes adjudicar un local en el centro del escorial sin verlo, y luego darte cuenta de que era un trastero sin acceso.
- Es necesário ver "muchas malas" para poder ver "una buena", es decir, que se pierde mucho tiempo analizando las subastas, debido precísamente a lo comentado anteriormente: la información que se proporciona es basntante pobre y caótica.
Aún así, si ahora mismo tuviera que comprarme una casa, casi que con toda seguridad lo haría tranquilamente a través de una subasta judicial, sobre todo por el tema del precio.
Van a empezar a aparecer muchos chollos en los tablones de los juzgados. Chollos que, en muchos casos van a pasar desapercibidos porque encima de él se ha colocado un papel con otra subasta, o porque ése papel está colocado en un sitio donde apenas pasa gente, o porque el inmueble pilla demasiado lejos como para ir a verlo. Y ahí es donde Internet y los nuevos canales de información, puede jugar un papel importante para dar publicidad a esas subastas.
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